This is for anyone with the broken heart.For anyone who cant get out of bed.

miércoles, 23 de diciembre de 2020

Indiana

Nunca quise pensar que este día llegaría, que te irías de mi vida. 

Tú,  que desde que llegaste lo llenaste todo de luz y tus ojos verdes se convirtieron en hogar. La reina de la casa, me has dejado un vacío que no sé si podré llenar. 

Has sido mi mejor amiga, el amor más incondicional que se puede sentir, conmigo desde que era una niña. Estuviste cuando nadie más, me quisiste cuando yo me odiaba, durante toda mi enfermedad, siempre sentada a mi ladito en el sofá, sin reproches, sin pedir nada a cambio. Y estuviste conmigo cuando florecí, viéndome volar, para regresar siempre a casa, a ti, a dormir abrazaditas, a ser un alma en dos cuerpos. 

No sé si algún día podré dejar de llorar, pero sé que nunca podré dejar de darte las gracias. Gracias por escogerme tú a mí aquel martes trece, por estar toda una vida conmigo, por todo lo bonito que hemos vivido juntas, y sobretodo, por esperar a que volviera, por dejarme acompañarte en tus últimos momentos y escoger mis brazos para comenzar tu viaje cuando sabías que había llegado tu hora. Me has enseñado el amor más puro que se puede sentir. Has sido mi compañera, mi paño de lágrimas, mi refugio, mi hogar, mi familia. Me has enseñado mucho, pero no a cómo vivir sin tí. 

Te voy a querer toda la vida. Dale un beso a los abuelos. 

miércoles, 18 de noviembre de 2020

Y si.

 No puedo dejar de pensar

que habría pasado, 

en cómo habría sido todo.

Si en esa fiesta 

en la que solo quería llorar

te hubieses sentado a mi lado 

en aquel sofá rojo.

Si te hubieses fijado en mí, 

si me hubieses ofrecido ponche y

si yo habría sido capaz de dejar de fingir

una sonrisa tan rota.

Me pregunto si alguno de tus chistes malos

me habría robado una carcajada, 

si me habrías invitado a uno de tus partidos, 

y si en tu mundo

habría habido un sitio para mi, 

para alguien que solo quería escapar. 

Nos conocimos y nos desconocimos 

mi noche más triste, 

en una casa con tanta gente

y que yo sentí tan vacía.

Pero el destino se empeñó

en que volviesemos a coincidir 

a diez mil kilometros de distancia

y quiero creer que todo pasa por algo,

que no era el momento, 

que yo tenía que estar sola, triste, 

y regarme con mis propias lágrimas

para poder florecer. 

Pero cuando me abrazas

lo único que se me pasa por la cabeza

es que ójala me hubieses abrazado 

aquel octubre con sabor a noviembre, 

a gris y a vacío. 

Y me pregunto si me habrías hecho olvidarme

de todos los otros que usé de tirita

y a los que nunca les importó

si yo me desangraba. 

Podrían haber pasado tantas cosas, 

pero la realidad es que tú no te fijaste en mi

y yo me senté sola en aquel sofá rojo

con mi ponche

y mi sonrisa rota.



miércoles, 21 de octubre de 2020

I wish I was her.

 

    Only if you knew, 
how much I liked you.
But I watch your eyes
as she walks by.
What a sight for sore eyes.
Watch as she stands with her holding your hand,
put your arm 'round her shoulder, 
now I'm getting colder.
But how could I hate her? 
She's such an angel.

Why would you ever kiss me?
I'm not even half as pretty.

domingo, 20 de octubre de 2019

Lucía.


Llevas cuatro años pidiéndome cartas que no consigo escribir porque a la primera palabra un dolor me atraviesa el pecho. Hay cosas que no estoy preparada para decir, pero sé que lo haré, que trabajando sacaré todos estos sentimientos que me ahogan, y también sé que será en gran parte gracias a ti. Siempre has querido que escriba una carta de despedida, pero hoy mis manos sólo pueden escribir una de agradecimiento. 

Gracias por ser casa desde el primer día. 
Gracias por ayudarme a encontrarme cuando estoy perdida. 
Gracias por siempre estar a una llamada de distancia, por sentirte siempre tan cerca. 
Gracias por saber quién es Sofía cuando ni siquiera yo sé quien es. 
Gracias por ponerle nombre a las cosas que me pasaban y no entendía. 
Gracias por las pérdidas que he superado hablando contigo. 
Gracias por sentarles en la silla de al lado y darme la oportunidad de despedirme de ellos.
Gracias por hacer del silencio algo mágico, y por darle sentido a mis palabras.
Gracias por desenredar mis sentimientos y ayudarme a ordenarlos.
Gracias por plantar una semilla en mí y regarla, cuatro otoños después la veo florecer. 
Gracias por ver más allá de mi enfermedad. 
Gracias por traerme meriendas y comerlas conmigo cuando sabías la batalla que yo luchaba. 
Gracias por enseñarme a abrazar a la niña que llevo dentro y a cuidarla. 
Gracias por las veces que te has emocionado viéndome llorar. 
Gracias por la unión tan fuerte que tenemos y por hacerla tan sana.
Gracias por ser siempre mi apoyo sin crear una dependencia. 
Gracias por respetarme cuando no quise seguir avanzando con la terapia, cuando no estaba preparada para tirar abajo mis muros. 
Gracias por estar ahí ahora que sí tengo fuerzas par hacerlo. 
Gracias por ser la única persona en este mundo que me ha visto de verdad, sin caretas ni disfraces.
Gracias por crecer conmigo. 

Gracias por acompañarme en este viaje que supone descubrir quién soy y quererme como merezco. 
Tengo mucha suerte de tenerte en mi vida Lucía. 





lunes, 6 de mayo de 2019

Eres esa clase de persona
capaz de verme el alma con los ojos,
de conquistarme con una sonrisa.

Podría haberte querido tanto
pero no estaba en nuestro destino,
nunca lo estuvo.
Tu querías que yo entrara en el juego
pero incluso antes,
yo ya había perdido todas las partidas.

Supongo que una retirada a tiempo
es una victoria,
y no terminar rota fue mi manera de ganar.

He construido un muro
hecho de distancia que nunca me perdonarás,
que nunca derribaré,
y que me ha robado la posibilidad de tenerte en mi vida.
Siento no saber tenerte cerca.
Pero no puedo querer a medias.

sábado, 16 de febrero de 2019

S cursiva en negrita.

No es que ya no me de miedo hablar de ti
de lo que pasó
de como me destrozaste.
Es que no puedo dejar de sonreir
porque hoy
no he conseguido recordar tu nombre.

Cómo diría Borjes,

el olvido es la única venganza
y el único perdón.

Ya nunca más

voy a sentirte,
a llorarte,
a temerte.

Después de ti llegaron otros,

a los que también les falta
ese brillo en los ojos
 y han tenido que venir
a terminar de romper
los trozos en los que  me dejaste.

He construido un mosaico con ellos.

Soy una puta obra de arte. 

Ya no me asustan las playas en noviembre

ni poner el corazón en cada jodida decisión.
No voy a dejar de ilusionarme
por que un tío me escriba
ni voy a dejar de subirme
en cada montaña rusa que vea
por el vértigo que pueda darme estar arriba.






miércoles, 13 de febrero de 2019

Ya no soy el tesorito de nadie.


Sé que ya no es relevante. 
Que nada aporta, que nada cambia.
Pero en mi último recuerdo
estás sentado en tu sillón
enfrente de la televisión
haciendo un esfuerzo por quedarte, 
agarrandome la mano. 

Recuerdo tus pómulos marcados
tus ojos saltones
tu cara consumida. 

Aún puedo ver los dibujos en la pared, 
el retrato de Diego, 
el velero de Hopper 
que siempre llevará tu olor. 
¿Por qué dejamos de soñar con uno? 

Tu voz de fondo preguntándome 
si voy a volver 
si voy a venir a verte otra vez. 
Te respondo que por supuesto,
que qué pregunta es esa. 
Y tus ojos cansados de luchar
se iluminan por un momento. 
Eres el recuero más feliz y más triste que tengo.
Tengo trece años
y lo único que sé 
es que no quiero dejar de ser tu tesoro.

Mi mente no entiende tanto sufrimiento, 
hace una selección de lo que quiere guardar
y lo que no hace
es recordar si volví.
Me lo pregunto cada día papí. 
Cada día. 
Si cumplí mi última promesa. 
Si volví a besarte las manos. 

Aunque sé  que ya no es relevante. 
Que nada aporta,
que nada cambia.


jueves, 7 de febrero de 2019

Ya no me da miedo bailar mal.

El viernes pasado
entendí que todo 
lo bueno y lo malo
me había llevado 
a esa pista de baile mugrienta
en el sótano de una casa americana
donde fui plenamente feliz
donde subí a lo alto de la montaña rusa, 
me paré a observar las vistas 
y ahí estaban: 
mis amigas, mis amigos, 
gente que no conocía, aún, 
y que puede que me cambie la vida
o puede que pasen por ella de puntillas
pero que vistas tan bonitas. 

Eran mi presente, 
mis ganas de bailar, 
mi yo auténtico, 
el peso en el estado ´
más puro que conozco. 

Y entendí, 
que no haberme muerto
todas las veces que lo deseé
con lo más profundo de mi alma
había merecido la pena
por bailar sola
en aquella pista de baile
al son de una música
a la que ahora
yo pongo ritmo. 
La de mi vida. 

S echando a volar.


Creo que es hora de dejarte ir.
A ti y a este sentimiento en mi estómago
que no me deja respirar
y que se ha metido en mi cama.
Este miedo que se ha vuelto palpable
Ojala fueras tú y no él.

Tenía ganas de verte
de parar el tiempo en lo alto de la montaña rusa. 
Desde que te conocí sentí que era una carrera a contrarreloj
en la que cada día más era siempre un día menos
y la vida nos regalaba los últimos días.

Yo sólo quería decirte adiós
Y no dejar abierta otra herida más
de las que luego no consigo hablar, ni cerrar.

Quería irme en paz, sabiendo que tú sabes
que siempre te he deseado lo mejor, 
pero ahora, 
te lo deseo lejos. 



miércoles, 31 de octubre de 2018

W.

Te echo de menos
y eso no quiere decir 
que no conozca a otros hombres
ni que no les bese.

Quiere decir 
que cuando lo hago
te echo de menos. 


jueves, 12 de abril de 2018

Tú no eres mi amiga.

Fuera, vete de mi casa, tú no eres mi amiga.  Sigo jugando, sola, me aburro,  el patio está vacío y suenan las sirenas...
Y yo sigo jugando qué mas da, sigo jugando y siempre me castigas.

Solo quiero que te vayas
Solo quiero que se acabe
Solo quiero que me dejes sola. 

Ya no queda nada, solo tu delirio, tu ruido insoportable en el salón. No queda nada mas que tu fantasma. Fuera, vete de mi casa, suéltame las manos.



sábado, 10 de marzo de 2018



Sé fuerte por mi y por todas las demás

Por las que sufren, por a las que se les exige.
Por las que son criticadas

y por las que sufren el insoportable peso de la idealización.

Sé fuerte por mi y por las que se fueron.

por las que no ganaron la batalla

por las que perdieron más que la esperanza.

Sé fuerte por las que no viajan

las que no viven

las que no aman,

por las que ya no encuentran sentido a la poesía.

Sé fuerte porque no te queda otra.

Porque la vida no te dio piernas

para que te sentaras en la camilla del hospital

sino para que corrieras hasta quedarte sin aliento

para que huyeras si lo necesitas

para que me enseñaras a bailar contigo.








miércoles, 21 de febrero de 2018

Mamie.

 
Donde fuiste tan feliz siempre regresarás,
 aunque confundas dolor con la felicidad,
y ya no seas ni tú mismo.

Y ojalá nunca te abracen por última vez,
 hay tantos con quien estar pero no con quien ser
-Beret
 
 
 
Anoche soñé contigo
como cada una de las noches que he pasado
desde que no te tengo cerca.

Anoche soñé contigo
entraba en el salón de esa casa
en la que tan feliz hemos sido
en la casa en la que tú y yo
 nos hemos hecho más mayores.

Estabas sentada en el sofá sonriendo
igual que tantas veces, igual que este verano
en el  que te vi por última vez
antes de que entraras en ese maldito hospital
del que  nunca te vería salir.

Extendiste los brazos para que fuera  abrazarte
pero en ese sueño profundo
mi mente sabía que algo no encajaba.

"Mamie, ¿qué haces aquí? Tú te has ido. Tú no puedes estar aquí."
Te agarré de las manos para comprobar que estabas aquí, conmigo,
que volvías para quedarte a mi lado.
 Que ya no ibas a desaparecer, a escurrirte entre mis dedos
. Que no eras un sueño. Y te sentí. Te sentí viva, a mi lado.
 
"¿Dónde has estado todo este tiempo? Te he echado tanto de menos. Tengo tantas cosas que contarte. He querido llamarte tantas veces..."
 
No me dejaste terminar. Señalaste las maletas que había en la entrada.
 
"Vengo de un viaje. He estado en Argel, he estado en mi casa, visité el sitio donde solía estar mi colegio, pasee por las calles en las que jugaba de pequeña. He estado unos meses fuera para volver al sitio al que pertenezco".

Dejé de estar triste para comenzar a sentirme enfadada contigo.

"Te prometí que este viaje lo haríamos juntas. ¿Por qué no me has llevado contigo?"

"Necesitaba hacerlo sola" me respondiste.

A partir de este momento el sueño se vuelve más borroso. Solo recuerdo hablarte sin parar de todas las cosas que no he podido decirte desde que te has ido. Que me voy a Washington a vivir, que mi madre está en Brasil, que Candela se va a Canadá, que el azul de los ojos de Surita es inexplicable, que me muero de ganas por que los veas.   Tenía que llamar a todos para darles la gran noticia.

Habías vuelto. Que todo volvía a ser como siempre.
Que no te ibas a ir más.


Y me desperté. Has sido el sueño más bonito y más doloroso que he tenido.
Nos vemos pronto. Nos vemos cada noche.

lunes, 19 de febrero de 2018

Tala.


Es febrero y está lloviendo.
En clase no llegamos a la quincena
y no puedo contar las veces que JJ ha dicho Kenia en la última hora
ni las veces que he tenido que contener las ganas de llorar.

Estamos estudiando  el impacto de las políticas públicas en la educación keniana,
y mientras para todos son teorías, yo solo veo Kwatombe.
Veo el polvo y cientos de niños descalzos pegando patadas a un balón hecho con bolsas de plástico. Veo el rojo de la tierra y el verde de los jerséis hechos jirones de tanto uso, de tantas historias que llevan con ellos.
Escucho en mi cabeza esos gritos llenos de vida
esas ganas de jugar
esa libertad de la que aquí tantas veces nos privaron.
Veo esos ojos color azabache
de los que no conseguiré olvidarme.

"Donde fuiste tan feliz siempre regresarás"

sábado, 7 de octubre de 2017

S, menos cursiva y más marchita.

Estoy tan triste que tengo ganas de escribir otra vez
y de abrir la ventana y gritarle a todos mis vecinos
que sus vidas perfectas me dan asco
que derrochan mediocridad en cada paso que dan. 

Estoy tan triste que tengo escalofríos
y ya ni siquiera tengo ganas de volver a África.
Estoy tan triste que he hecho a mi madre irse llorando
porque no soy capaz de explicar lo que me sucede. 

Estoy tan triste que solo me sale hacer daño. 
Tan triste y tan ahogada. 
No tengo más que un collarín, 
dos tickets restaurantes en la cartera
y unos quince kilos de más
(o eso me dice mi yo enferma). 

Tengo un grupo de amigos
que ha dejado de hablarse por problemas de otros, 
un armario lleno de ropa que me hace sentir frágil
y un gato que hoy no me abraza mientras lloro.

Tengo ganas de huir pero nunca me sale bien, 
la última vez, pocas horas atrás.
Tengo mucho, mucho miedo. Muchísimo.
He perdido el control y la valentía, ya solo me queda la poesía,
y cada día se aleja más de mi. 

Tengo ganas de meterme en la cama y no salir, 
de no pensar, de no comer, de vivir.


S.





lunes, 18 de septiembre de 2017

Surita.

Que tu ferocidad me deje huella, que ahuyente mi maldad  y aleje bestias. Que ponga en su lugar pura inocencia, la que hoy cubre tu cuerpo, sin darte cuenta.  Que digas tu verdad, aunque lluevan piedras.  Que no pierdas esa fe que hoy es eterna. Esa forma de no ser consciente de ella. Que tu curiosidad no desaparezca  y crezca como lo hacen ahora tus piernas, las que te llevarán tan lejos como quieras, comiéndote la vida a manos llenas. 

Bienvenida a casa, Pequeña gran revolución.

Que con tus pasos marcas un nuevo rumbo en dirección a nuevas montañas que parecen menos altas  con cada palabra que nace en tu garganta. Que nadie ose jamás fijar tus metas, que sepas observar y no ver a quien no debas. Que aunque me encuentre lejos, me sientas cerca. 
Que la distancia que hay entre nuestras fuerzas, se hará siempre tan ridícula
 y tan pequeña, mientras las dos sigamos las mismas estrellas. 
Y aunque vueles lejos, tan alto que no puedas vernos, te esperamos dentro. Siempre habrá un techo. 

martes, 28 de febrero de 2017

Adiós.

Llevo setenta y dos  horas con el corazón encogido, 
escuchando Somehow mientras te  lloro todo lo que no he podido decirte 
y siempre quise 
y aún quiero.

No me diste la oportunidad de perdonarte
todo el daño que me has hecho 
por egoísta, 
por abandonarme cuando ya no me necesitabas, 
por ser el héroe sin capa de tantos, 
y la astilla que yo no consigo sacarme, 
el vacío que no consigo llenar.  
Por privarme de respuestas que ya nadie tiene.

¿Por qué?
¿Por qué?
¿POR QUÉ?

Por qué dejaste de necesitarme, 
de contar conmigo,  
de trasnochar escribiéndome que tu vida se desquebrajaba 
y el miedo se había vuelto palpable. 

Desde que me echaste de tu vida, año y medio atrás 
has crecido, te has curado y has enfermado,
has  vivido, te has enamorado y has muerto. 
A veces te tengo envidia. Vivir menos pero más intensamente.

Y yo sigo siendo la niña que te escribe
 desde el maletero de un coche 
una noche estrellada de verano
la poesía más alegre que tengo.
Hasta eso te lo has llevado.

Soy la misma alma errante que te pedía consejo 
perdida en las calles de un pueblo costero 
y la que tomó contigo tostadas con aceite sin llorar 
porque quería que tú me vieras fuerte.
A tu lado engordar ya no me daba miedo. 
Ahora vuelvo a estar aterrada.

Yo sigo igual de pérdida y tu igual de vivo, 
o eso dice Lucía,  
mientras yo, y los que te hemos querido, no te olvidemos. 
Por ahora,  trabajo en perdonarte 
por irte sin dejarme decirte todo esto.

 Deberías saber que desde que no estas,
 el cielo brilla con más fuerza. 
Tu fuerza. 

domingo, 26 de febrero de 2017

-

 

I don't speak the language that you speak.
  There're​ some words I know I'll never reach.

No, I don't know what happens when you die
and just the thought, you know, it kind of blows my mind
But when I look, when I look up to the sky...
somehow, somehowI know that it will be alright

somehow, somehow
I know that you will be beside